domingo, 23 de octubre de 2011

Sobre la pregunta: "¿Qué pensáis acerca de la preocupación que la sociedad tiene con respecto a las drogas? ¿Es excesiva, o no?

Bueno, me parece que el debate fue escaso, de viernes  a última hora, y por eso les dejo mi opinión sobre el tema. Por escrito, que me resulta más fácil y organizado de expresar que hablando. Es lo que me quedó como resultado de lo que estuvimos hablando, y cuando hablo desde un Nosotros, lo hago como seres y actores sociales que somos, no por particularidades de cada uno...
besos, y hasta mañana, con más abrigo, pero con las mismas sonrisas, por favor!



“Hasta aquí, todo bien.
Hasta aquí, todo bien.
Hasta aquí, todo bien.
No importa cuánto se caiga,
Sino el aterrizaje”.


Personalmente, pienso que la sociedad está muy desinformada en cuanto a las consecuencias reales (tanto físicas, psíquicas, como  sociales), del consumo de drogas.
Aunque en el día a día no dejemos de ver y escuchar debates, noticias, opiniones al respecto; creo que es más por cumplir con una imagen ética, sociopolítica y económica, que por el verdadero hecho de sensibilizar.
Todos tenemos opiniones para dar sobre el tema, pero  parece ser que sabemos poco y hablamos mucho…
Nos resulta sencillo opinar a la ligera y decir:
“ellos saben lo que hacen, saben en lo que se meten…
No nos da pena que se destruyan a sí mismos, porque esa es su elección”.
No estoy de acuerdo con ésta manera de hacer materia.
También elije arriesgar su vida y salud el que fuma, el que bebe, o quien realiza un deporte de riesgo.
Es cierto que las personas que se drogan, en un principio, lo hacen porque lo elijen.
Es real que hay muchos otros que saben decir que NO a tiempo.
Incluso están los que prueban, consumen una temporada, y deciden alejarse.
Pero el  rol de la sociedad no debería ser el   juzgar a quienes lo hacen, sino, intentar entender las causas que los llevan al consumo.
¿Los motivos?
Cada uno tiene los suyos, aunque probablemente los desconozcan.
Incluso es motivo, la desmotivación de los adolescentes
que viven en una sociedad altamente consumista,
en un mundo de velocidad y vacío,
en el que parece no pensarse nunca en el futuro,
 en dónde nos quieren imponer que somos lo que tenemos,
y nos enseñan que si no seguimos al rebaño,
entonces, no valemos nada.
La ignorancia, el desconocimiento, la inseguridad, el miedo a no pertenecer, la soledad, la baja autoestima, la  falta de voluntad o de perspectivas de realización personal, son muchos otros motivos de los que no hablamos  en nuestro propio debate… y esto me decepcionó un poco.
Otro punto que no tuvimos en cuenta en nuestro análisis grupal, fue el de la Adicción en sí misma.
Estamos hablando de drogas, no de chocolates.
Valiéndome de la comparación, podemos simplificar el caso mucho más:
Comer dulces genera más ganas de dulce. Sube el nivel de  glucosa, el organismo genera insulina, con lo que baja rápidamente el nivel de glucosa en la sangre, entonces, el cuerpo, vuelve a necesitar más azúcar para contrarrestarlo.  Y si no se tiene voluntad, se puede seguir comiendo dulces hasta el hastío, o hasta que el hígado reviente.
Lo mismo pasa con las sustancias adictivas de las drogas...
Aunque eso no lo tengamos tan en cuenta.
También hay que sumarle la dependencia física y psicológica que genera el consumo.
Para subsanar la  dependencia física, existen muchos métodos alternativos, curas domésticas  y técnicas  médicas eficientes que facilitan la tarea; además del propio instinto de supervivencia y resistencia que tiene el cuerpo  humano.  
Pero en el factor psíquico está el mayor  peligro. Ya que es éste, el que lleva a un adicto a las recaídas.
La voluntad, la seguridad, el autoconcepto, la autoimagen, la autoestima y la puesta en juego de las  emociones  que llevan a las personas a consumir, son temas mucho más complicados de abordar.
La probabilidad de recuperación  en estos aspectos, lamentablemente es menor.
Es  cierto que es posible, pero es justamente en éste punto, en el que debemos colaborar  la sociedad en su conjunto.
Etiquetar es sencillo, asumir responsabilidades no.
Por eso, para contestar a la  pregunta que nos planteó Eva, respondo que NO, rotundamente.
La preocupación social es escasa, además de  manipulada.
Solamente cuando alguien pierde a un ser cercano, parecemos acordarnos del peligro de las drogas, ya sean blandas, duras o de diseño.
Es  en ese momento en el que llega el espanto, el enojo, la injusticia de sentir que la vida traiciona a quienes menos se lo merecen, las culpas... y todos esos sentimientos agrios que enturbian el día a día del entorno de los que se vieron tocados por las miserias de las drogas.
Y entonces… ahora sí que nos resulta más sencillo  opinar  desde el dolor del otro, porque ese dolor se hace propio.
¿Se puede parar a tiempo?
Depende de cada persona, pero sobretodo de su propia capacidad para pedir y recibir apoyo de quienes están dispuestos a creer en ellos…
Y bien estamos aprendiendo que, para creer en los demás, primero hay que creer en uno mismo…
Y justamente somos Nosotros, quienes más tendríamos que creer en que las personas que se drogan, merecen otra oportunidad, en lugar de ser socialmente juzgadas.
Por todo esto, pienso que no se puede opinar sin saber, y mucho menos etiquetar sin comprender…
Pero aún sigo sin entender, ¿cómo No se puede empatizar con  las personas que tienen una adicción?
Son personas, como cualquier otra... pero que en algún punto de su vida se equivocaron, y quizás pensaron  que consumir los haría más libres, sin darse cuenta que a través de las drogas, lo único que se logra, es esclavizarse siempre más.

1 comentario:

  1. Creo que haces un planteamiento muy bueno del problema :)
    La adicción es algo terrible... y es muy cuestionable que la gente que llega a esos extremos lo haga fruto de una decisión libre... no obstante como tu bien dices es el tema de la libertad el que se ta tratando... :)

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