La Columna Trajana

Cual columna Trajana, la nuestra sigue creciendo. En ambos casos son soporte, apoyo e información. Pero algún detalle las diferencia. En el primer caso, se trata de una columna exenta, conmemorativa, decorada con bajo relieves en estilo historiado, secuenciado, helicoidal, que desarrolla todo un repertorio iconográfico y plástico, alusivo a una serie de hazañas bélicas de la antigüedad clásica entre dacios y Roma. En nuestro caso, y a modo de elemento del peristilo o patio de columnas de una domus helenística, tenemos  una columna menos plástica, pero sí más literaria e integradora. Ya nos es exenta en medio del espacio abierto, ni conmemora acontecimiento guerrero ninguno. Sí, en cambio juega con el juego. Ciertamente, como vimos ayer, nuestro querido y grande Eloy, nos propuso, para comenzar con alegría, una columna participativa, que hizo mover caderas y otros miembros, tanto superiores e inferiores, de nuestra anatomía. Además de facilitarnos una digestión fluida, también nos invitó a realizar ejercicio, creo que aeróbico y terapéutico, tanto para los músculos del diafragma, como los mandibulares. Risoterapia  en estado puro. Como de juegos iba la tarde, unos papelinos repartidos por Eva, iban a servir de hilo conductor para decidir quién se coronará como rey de ultratumba; no sabemos aún si con báculo y testa coronada, pero sí un rey entre muertos. Esperemos que estos últimos hayan sufrido una muerte corta en coma inducido. No nos dispersemos, pues en el juego estamos. Después de darle vueltas a las fases, tipos y beneficios, seguimos jugando a jugar: dados, cubiletes, fichas de colores y ocas; la oca, no de granja, sí sigo porque me toca. Eva propone también que podemos inventarnos juegos, ¡ qué expectación!. Ambientamos, damos nombre, establecemos objetivos, delimitamos tiempos y espacios, aportamos material necesario. Los premios, claro que tiene que haber, no por competir, sí por participar. Y en toda esta logística ¿qué diremos del rol del monitor? Pues apoyo y orientador ha de ser. Van saliendo a la palestra, el lecho de rey  desde Cangas de Narcea, un herbolario, el paredón y un balón, el manitas, que con sus útiles, va pasando de nivel en el triángulo formado entre ríos, bosques, montañas y espacio, hasta alcanzar la cima; también el juego del balonpor, donde el premio por el gol es un churro de color. No acaba aún el turno, y tomado por nuevos juegos, el tiempo propio del final, aún da para proponer, previa consulta en el maravilloso mundo de internet, más juegos de presentación, afirmación, conocimiento y cooperación. Como veis, entre juegos anda la columna, que a día de hoy, como espina dorsal, cariátide o atlante, sostiene, cual elemento de apoyo o basamento, este sólido edificio llamado ANIMA ANIMUS.